Alimentación
vegetariana (I parte): Antecedentes históricos y tipos de vegetarianismo.
El vegetarianismo de hoy tiene sus
raíces en culturas y en situaciones políticas y sociales pasadas. No obstante,
la tendencia actual, cada vez mayor, es la de adoptar este tipo de alimentación
para procurar un estado óptimo de salud.

- apuesta por la defensa del bienestar y los derechos de
los animales (razones éticas).
- creencias religiosas.
- cuestiones de salud; derivadas de la composición
bioquímica y el tratamiento químico
de los productos de origen animal.
Para ahondar un poco en ellas devemos remontarnos en su
origen y en su historia, ya que el vegetarianismo no se trata de una invención del
siglo XX.
Durante el Renacimiento algunas personas adoptaron una
dieta vegetariana porque creían que la crueldad contra los demás hombres no era
más que el paso siguiente a la crueldad con los animales. A finales del siglo
XVIII algunos cristianos se abstuvieron de comer carne, ya que creían que parte
de la misión de Jesucristo era acabar con la matanza de los animales.
Muchas religiones orientales, tales como el hinduismo y el
budismo fomentan el vegetarianismo como idea espiritual, ya que creen que todas
las criaturas de Dios son dignas de compasión y respeto. La mayor concentración
de vegetarianos del mundo se halla en la India, donde el 80% de población es
hindú.
Donde mejor se ilustra la concepción budista de los animales es en las
lecciones budistas conocidas como historias Jakata, en las que Buda nace bajo
el aspecto de diversos animales en vidas anteriores; dichas historias
consideran que matar a un animal equivale a matar a un ser humano, ya que
afirman que, al igual que Buda, todos hemos sido un animal antes de
convertirnos en seres humanos.
El jainismo (una religión india fundada
alrededor del siglo VI a. C.) tiene unas reglas tan estrictas en relación con
el consumo de seres vivos, que sus seguidores barren el camino por el que pasan
antes de pisarlo, y llevan una mascarilla de gasa sobre la boca con el fin de
no hacer daño a los pequeños insectos al aspirarlos accidentalmente.
Así mismo, visto esto, se podría definir el vegetarianismo como una corriente filosófica basada en el respeto a toda forma
de vida, en especial la animal. Como planteamiento filosófico, pues, es
merecedor del respeto debido, pero no
se puede prescindir del planteamiento dietético y de sus particularidades
nutricionales.
Por otra parte, cabe mencionar las circunstancias
ecológicas, ciertos
acontecimientos políticos y económicos y
los efectos de los desarrollos
agrícolas que tuvieron lugar
durante los siglos precedentes al nuestro.
En Europa occidental, en las Tierras Altas, el consumo de
carne de cerdo disminuyó más que en ningún otro sitio porque los bosques
desaparecieron casi por completo, el potencial agrícola en general era menos
acusado y cada vez era mayor el crecimiento demográfico. Durante el siglo XII
no sólo la carne de cerdo sufría las consecuencias de los desarrollos agrícolas
sino también los rumiantes. Estos animales se utilizaban básicamente para otras
finalidades y no para proporcionar alimento (el buey servía esencialmente de
animal de tiro y las ovejas se criaban más por su lana que por su valor
alimentario, aunque su leche y el queso que se obtenía de ellas tuviesen una
importancia local).
En el siglo
XIV la dieta básica del
campesinado consistía en leche, queso, huevos y pollo y en el siglo XVI se dio un aumento en la producción
de cereales que empezó a desplazar la producción animal. En el siglo XVII la economía dietética empezó a
asemejarse a la economía dietética china donde el ganado vacuno se utilizaba
para realizar labores agrícolas y se recomendaba no comer su carne (sólo se
comía la de animales de granja enfermos, que no servían para trabajar, o
muertos). No obstante la leche de vaca constituyó una parte importante en la
dieta. El crecimiento de las flotas mercantes aumentó el consumo de pescado y,
por otra parte, el calendario católico aumentó los días del año en que se prohibía
el consumo de carne.
A finales del siglo XVIII y a raíz de las actividades
coloniales, empezaron a llegar cultivos desconocidos como el maíz y la patata
procedentes de los nuevos asentamientos en las Américas. De hecho, hasta
principios del siglo XIX Europa occidental había sido mayoritariamente una
región no consumidora de carne e incluso durante cierta parte del siglo XX para
la clase obrera la carne continuó siendo escasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario